Al final del camino

Que podamos reconocer y compartir nuestras sabidurías específicas es la misión de vida de cada eneatipo.

En el afán de cumplir con nuestra misión de vida, puede ocurrir que privilegiemos el dar al recibir; esto ocasionaría una pulsión involuntaria a imponer la propia mirada. Esta situación conlleva dos riesgos íntimamente relacionados: no crecer, por no saber recibir la sabiduría de los otros, y un infructuoso modo de dar, generando, inclusive, el rechazo del regalo. Este modo de dar de manera que al otro se le dificulte recibir, está vinculado a estar dando, sin antes haberse enriquecido con el regalo del otro.

Lograr un equilibrio entre compartir la sabiduría propia y estar receptivo a la sabiduría de los otros, requiere una minuciosa y continua auto observación.

En la tabla de la siguiente página, se detalla qué compartimos y qué recibimos, a fin de cumplimentar nuestra misión de vida. En cada uno de los casilleros hay una palabra significativa, que nos sugiere HACER para SER. Ser nosotros mismos, a lo largo del camino...